quarta-feira, 2 de novembro de 2011

El aviso previo

El aviso previo

Bajaba la noche como de costumbre, pero de costumbre yo no caminaba por aquella calle.
– Señor, por favor un minuto de su atención – sonó aquella voz ronca y fea.
En mi camino surge un tipo de ese, cabellos desaliñado, camisa poco rota y pantalones ya viejos de tanto uso. Yo no imaginaba lo que pudiera decir una persona en esa apariencia. No acostumbraba parar y hablar con alguien que no estuviera en ropas adecuadas.
– Señor, por favor – siguió hablando el sujeto.
No le de atención, no quería charlar y apresuradamente caminé. Al doblar a al esquina percibí que el portón de mi casa estaba abierto. Quien pudiera ser, vivía solito y a las 11 de la noche ¿Quién podría estar allá?
 – ¡No  señor, no adentre ¡
Todavía me volví para observar el tipo que corría con las manos haciendo gesto para que yo parara.
Y el estallido se oyó en la calle. Sobre el pasillo un cuerpo  extendido brotaba la sangre que lavaba el suelo.

Denilson, en Pereira-Risaralda, Colombia, 15/06/11  

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