segunda-feira, 16 de julho de 2012

El tren


El tren

Soy un tren desorientado en los ferrocarriles de la vida.
Mi norte es más allá del sueño...
Mi estación es hoy
Mi dirección es el instante
SHIII, SHIII, no tengo parada brusca
Mis frenos es la libertad



 Pereira, Colombia
Denilson Lima Santos (Obá Firiman)

domingo, 8 de julho de 2012

En la calle


En la calle

Camino por esas calles y miro rostros que son del otro, distintos de mí,  blancos, negros, hombres y mujeres. Hiervo como la nieve de Ruiz. Soy un enfermo de mí, mi belleza es calma y eterna y en mis labios veo rayos de sol, claridad de la luna. Ellos pasan y me dejo llevar por olores y por colores. Son pequeños estos cafés, pero huelen a la vida. Unos con sus parejas y otros a la espera. Sigo y veo el muchacho que viene  y se pierde por la luz lejana de las estrellas. La misma luz que eclipsa la mirada de una chica. Son lindas estas personas, estos colores de fin de abril. En la otra calzada aquel perro con carita de felicidad me mira y ladra como si fuera yo su dueño. Atravieso en el verde de la señal y bajo los ojos del hombre del taxi, cansado, agotado después de un día de servicio. Después de llevar y traer sueños, desencuentros y citas secretas. Al frente de la casa doce veo salir a un señor quien sale con ganas de fiestas y tragos. Él me mira y me siento como su cómplice, su otra parte. Me pasa en mi miente fragmentos de mi otra vida. Era él mi hombre y yo su mujer. Sentí como se fuera tocada por la primera vez y desflorada en una cama de hierbas del campo. Sentía sus manos en mi piel como la brisa acaricia las flores de mi jardín. Salí de allí y no más lo miré, tuve miedo de perderlo, como en la otra vida. Volteé y llegué a la casa, en la cerradura metí la llave y  se abrió la puerta de la esperanza.